viernes, 27 de enero de 2017

Lion

Antes de Lion 


He aquí un cartel de los típicos que hace la industria del cine con un primer plano de un personaje en la portada, profundidad en la mirada y palabras tapándole parcialmente la cara... ¿de qué me sonará?
 Como subtítulo, o título principal del cartel y película, nos encontramos con Lion, buenas tierras para tapear, y ¿posible película a disfrutar? Pues se comprueba y listo.


Después de Lion



Me encantan los dramas que me emocionan con tanta manipuladora elegancia. Más si salen niños pequeños que emocionan y actúan mejor que los adultos ungidos, consagrados y santificados.

Nos encontramos ante dos partes dentro de una misma película, una primera en la que te muestra sin sensiblería y con sensibilidad la vida de un niño perdido y una segunda parte que se centra en lo que no fue la primera. Es una pena (o un gran logro) que la segunda mitad de la película resulte ser tan manipuladoramente conmovedora rozando lo irritante por su falta de sutileza y afición al melodrama cuando la infancia del pequeño León transcurre con una sensibilidad y ternura plausibles.

Emotiva, tramposa, emocionante, predecible... son solo adjetivos que pueden definir trozos de esta película, todo depende de en qué minuto te encuentres.




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