Risas, vómitos y bofetadas

Antes de Nosotros no nos mataremos con pistolas

Hoy volvemos al Teatro Lara para ver Nosotros no nos mataremos con pistolas. Obra que ha sido un éxito del off valenciano y que el Lara ha decidido programar en la sala principal, para mí son suficientes argumentos. Hoy no saldremos del teatro con ganas de matar, espero.

Después de Nosotros no nos mataremos con pistolas

Dramedia generacional. Júntese sobre el escenario un grupo de amigos, preferiblemente cuatro o cinco, rondando la treintena, situémoslos en un aparente entorno lúdico y dejemos que las miserias de sus vidas y sus relaciones vayan aflorando. Cualquier aficionado al off madrileño podrá recordar al menos un par de obras que se ajustan a ese patrón y ésto es lo que nos ofrece Nosotros no nos mataremos con pistolas.

Dividida en varios actos que van calentando a fuego lento la marmita de sentimientos y resentimientos que unen a éste grupo de amigos desde la infancia que se mienten tan facilmente entre ellos como a sí mismos llegando a ser desconocidos que se conocen demasiado bien. Todos los personajes son pequeños seres egoistas que se niegan a crecer, posiblemente como gran parte de los que llenamos el patio de butacas, posiblemente como gran parte de los que ignoran que una vida razonablemente parecida a la suya se está mostrando en un teatro madrileño.

La originalidad de Nosotros no nos mataremos con pistolas es que no resulta catártica para los personajes, todos seguirán con su insatisfactoria vida en busca de un futuro mejor que intimamente saben que no llegará pero se niegan a aceptarlo. Con sus limitaciones y sus lugares comunes, es una obra necesaria en la que recibiremos por igual risas, vómitos y bofetadas.