miércoles, 10 de febrero de 2016

La Habitación

Antes de la Habitación
La perspectiva que tenía de esta película no era buena. El cartel no lo mejoraba, una madre con su hijo con la palabra 'amor' desafiándome. Los dramas en su mayoría me producen una reacción anafiláctica tan fuerte que requiere de un tratamiento inmediato de 40 mg de adrenalina mezclado con intriga y sangre prescipción según el Dr. Tarantino.
Quizá el hecho de haberme cargado mis gafas de pasta ha jugado en mi contra para ver esta peli.
En cualquier caso, entro al cine con pocas expectativas por ver una película que me emocione.
Dificilmente me va a decepcionar.
Después de la Habitación
 Partiendo de una idea original, que la historia la cuente el niño, los pensamientos que tiene del mundo de la Habitación y del mundo exterior, lo real y no real, se va estropeando a medida que la historia se va pervirtiendo de sobredosis de drama en la segunda mitad de la cinta. Mitades separadas por una vergonzosa secuencia que afortunadamente es corta, no así como el desenlace, que va ocurriendo más y más drama viciado, hasta llegar a un punto en el que el joven actor, con su brillante interpretación y su inocente forma de mirar el mundo, pone fin a esta pesadilla. La suya, y la nuestra.
Ay, el drama. Que hijodeputa aburrido es. Y que sobrevalorado está el cabrón. Por eso prefiero la comedia, porque es mucho más humilde, no hace ostentación ni tiene la soberbia y orgullo de un drama. Y porque no necesito ponerme unas gafas de pasta para poder disfrutar de una buena comedia.

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