martes, 23 de febrero de 2016

Yo se lo agradecería, el cine se lo agradecería

Antes de El renacido

Iñárritu dirige, DiCaprio se lleva todos los parabienes habidos y por haber, Lubezki creando mundos con la luz. Muchas cosas positivas en una sola película, intento convencerme que será toda una experiencia pero mi cerebro me repite una y otra vez una frase a modo de mantra: "Idiota, acuérdate de Birdman". 

Después de El renacido 

Y vaya si me acordé. Pasada una hora de metraje empecé a pensar que estaba viendo Birdman en el oeste, y mira que empieza bien la cosa. La escena inicial de lucha es una maravilla técnicamente, transmite talento y emoción a partes iguales. Y a partir de ahí todo empeora durante los 140 minutos que nos quedan para que esa especie de superhéroe barbudo dé por terminadas sus peripecias. Nos cruzaremos con un oso con afición por las palizas, un río con los rápidos correspondientes, unos indios en una búsqueda absurda, unos franceses sacados de una parodia, un caballo desbocado aficionado al puenting sin cuerda y, por encima de todo, un malo malísimo. Todo ésto por si os parece poco se encarga Iñárritu de remarcarlo con una colección de planos que ya querría para sí National Geografic, terriblemente bonitas y absurdamente innecesarias en la historia.

Llegados por fin a los títulos de crédito, me asalta con una seguridad pasmosa la certeza de que muy pocos directores actuales ruedan tan bien como Iñárritu. Por desgracia, como guionista deja tanto que desear... me temo que ha entendido en el peor de los sentidos que el cine es un arte visual dejando de lado la importancia del texto.

Desde ésta humilde tribuna, quiero hacerle un ruego a Guillermo Arriaga. Por favor, necesito que vuelva a crear historias para Alejandro González Iñárritu. Yo se lo agradecería, el cine se lo agradecería.

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